Rogelio Chiara se define orgulloso por trabajar en la familia de Embol Coca‑Cola Bolivia.

Rogelio, el soñador que pasó de ayudante a propietario de dos camiones repartidores de Coca‑Cola Bolivia

Más de 128.000 puntos de venta forman parte de la cadena de valor de Embol Coca‑Cola Bolivia. A cada uno de esos negocios llega un camión para abastecerlos con los productos de la Compañía. Desde hace 15 años, Rogelio Chiara es parte del equipo de distribución: hoy tiene dos camiones a su cargo y el orgullo de ser destacado como uno de los choferes más puntuales y responsables.

Rogelio Chiara llegó desde los Yungas -La Paz- a Santa Cruz cuando tenía 16 años. Desde muy joven empezó a trabajar como empleado en un restaurante, y en el día a día de su trabajo se hizo amigo de los ayudantes de los camiones repartidores de Coca‑Cola Bolivia que acudían al negocio de comida. Ahí comenzó a forjarse su sueño de formar parte del rubro. Y a sus 24 años llegó la oportunidad: comenzó como ayudante y a los pocos años ya era conductor de un camión.

Fruto de su esfuerzo y dedicación, hace ya tres años cosechó otro logro: pudo comprarse su propio camión para ofrecer el servicio de transporte a Embol, una de las embotelladoras de Coca‑Cola en Bolivia.
 

Rogelio conduce 50 kilómetros para repartir los productos de Coca‑Cola Bolivia.

“Siempre tuve la mentalidad de crecer, de aprender y trabajar duro para lograr mis sueños. Cuando era ayudante aprendí a conducir y saqué mi licencia, y cuando ya era chofer quería tener mi propio camión distribuidor”, cuenta Rogelio, y agrega: “Cuando lograba un objetivo me ponía otro, ahora quiero seguir creciendo y con Coca‑Cola lo estoy logrando”. Y tal es su entusiasmo y su perseverancia que hace poco tiempo sumó su segundo camión.

El transporte y distribución de los productos de Coca‑Cola Bolivia en Santa Cruz está a cargo de unos 160 conductores, que ofrecen un servicio terciarizado por ventas a cargo de propietarios de vehículos especiales para esta tarea, y que reparten en ciudad y provincias del departamento. Rogelio es uno de ellos; y como propietario de dos camiones llega a dos pueblos metropolitanos de la ciudad.
 

Rogelio está orgulloso de haber podido comprar su propio camión.

Su rutina comienza bien temprano, a las cinco de la mañana, cuando sale de su casa rumbo al parque industrial de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, donde se encuentra la planta central de la embotelladora Embol. A las 5:30 retira su carro, cargado la noche anterior, junto a su hoja de ruta. Durante el viaje lo acompañan dos ayudantes para la carga y descarga de los productos. Su ruta lo conduce por la carretera doble vía a Cotoca, al este de la ciudad, hasta la población del mismo nombre donde lo esperan más de 40 negocios, entre pensiones y tiendas.

Padre de tres hijos, afirma que son el motor de su vida. Y que es por ellos que siempre sale a trabajar, con el agregado de que disfruta de lo que hace. Por eso, su empeño está puesto en que las cosas salgan bien y que los clientes queden satisfechos. Gracias a esa vocación, Rogelio fue recientemente reconocido entre los siete conductores más responsables y puntuales. Y eso lo llena de orgullo y de motivación.
 

“La disciplina es fundamental para alcanzar los objetivos y también amar lo que uno hace: y yo amo mi trabajo”, dice Rogelio.

"Me llena de orgullo saber que lo estoy haciendo bien. Me siento feliz. La disciplina es fundamental para alcanzar los objetivos y también amar lo que uno hace: y yo amo mi trabajo", dice Rogelio.   

Incluso durante la pandemia, Rogelio mantuvo ese espíritu para seguir con su trabajo. Y es que fueron momentos duros para muchas familias, pero él, desde su posición de emprendedor, decidió seguir adelante por su familia y por las de sus cinco empleados. 

“Me encanta el trabajo que realizo todos los días. Voy a seguir trabajando, y voy a seguir luchando para ser mejor cada día”, concluye.